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Faringitis aguda es contagiosa

El dolor de garganta se contagia al besar

Las amígdalas son bultos de tejido en la parte posterior de la garganta. Hay dos, una a cada lado. Junto con las adenoides, las amígdalas forman parte del sistema linfático. El sistema linfático elimina las infecciones y mantiene el equilibrio de los fluidos corporales. Las amígdalas y las adenoides actúan atrapando los gérmenes que entran por la boca y la nariz.

La amigdalitis es más frecuente en los niños mayores de dos años. Casi todos los niños de Estados Unidos la padecen al menos una vez. La amigdalitis causada por una bacteria es más común en niños de 5 a 15 años. La amigdalitis causada por un virus es más común en los niños más pequeños.

Para diagnosticar la amigdalitis, el médico de su hijo le preguntará primero sobre los síntomas y el historial médico de su hijo. El médico examinará la garganta y el cuello de su hijo, comprobando cosas como el enrojecimiento o las manchas blancas en las amígdalas y la inflamación de los ganglios linfáticos.

Es probable que también le hagan una o varias pruebas para comprobar si tiene faringitis estreptocócica, ya que ésta puede causar amigdalitis y requiere tratamiento. Puede ser una prueba rápida de estreptococos, un cultivo de garganta o ambas cosas. En ambas pruebas, el médico utiliza un bastoncillo de algodón para recoger una muestra de fluidos de las amígdalas y la parte posterior de la garganta de su hijo. Con la prueba rápida de estreptococos, la prueba se realiza en la consulta y los resultados se obtienen en cuestión de minutos. El cultivo de garganta se realiza en un laboratorio y los resultados suelen tardar unos días. El cultivo de garganta es una prueba más fiable. Por eso, a veces, si la prueba rápida de estreptococos es negativa (es decir, no muestra ninguna bacteria estreptocócica), el médico también hará un cultivo de garganta para asegurarse de que su hijo no tiene estreptococos.

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Causas de la faringitis

La faringitis, o faringitis aguda, coloquialmente llamada a veces garganta empedrada, es una inflamación de la parte posterior de la garganta, también conocida como faringe. Esta afección suele provocar dolor y sensación de picor en la región de la garganta, así como dificultad para tragar[1].

La faringitis es una dolencia muy común, generalmente causada por una infección viral o, más raramente, por una infección bacteriana. En la mayoría de los casos, desaparece en una semana, aunque puede durar más tiempo. El tratamiento suele centrarse en el control de los síntomas. Sin embargo, pueden recetarse antibióticos para tratar la forma bacteriana de la enfermedad. Por lo general, se trata de una afección no grave, aunque en algunos casos puede causar síntomas severos o una infección grave.

La faringitis suele ser una afección temporal, que dura aproximadamente una semana. Sin embargo, en un pequeño número de casos, el dolor de garganta puede ser recurrente, convirtiéndose en una afección conocida como faringitis crónica. La forma crónica de la afección tiene varias causas posibles, como la infección persistente y el reflujo de ácido estomacal. Si la faringitis se prolonga durante semanas, es probable que se trate de una faringitis crónica y no aguda. El tabaquismo, el vapeo y la exposición a otras formas de humo, como el industrial o el de madera, pueden causar un dolor de garganta crónico.

¿Cuánto dura la faringitis?

La faringitis es una inflamación de la parte posterior de la garganta, conocida como faringe.[2] Suele provocar dolor de garganta y fiebre.[2] Otros síntomas pueden ser secreción nasal, tos, dolor de cabeza, dificultad para tragar, inflamación de los ganglios linfáticos y voz ronca.[1][5] Los síntomas suelen durar entre 3 y 5 días.[2] Las complicaciones pueden incluir sinusitis y otitis media aguda.[2] La faringitis es un tipo de infección del tracto respiratorio superior.[6]

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La mayoría de los casos están causados por una infección vírica.[2] La faringitis estreptocócica, una infección bacteriana, es la causa en aproximadamente el 25% de los niños y el 10% de los adultos.[2] Entre las causas poco comunes se encuentran otras bacterias como la gonorrea, hongos, irritantes como el humo, alergias y la enfermedad por reflujo gastroesofágico. [2] [3] No se recomiendan pruebas específicas en personas que tengan síntomas claros de una infección vírica, como un resfriado[2]. De lo contrario, se recomienda una prueba rápida de detección de antígenos (RADT) o un frotis de garganta[2]. Otras afecciones que pueden producir síntomas similares son la epiglotitis, la tiroiditis, el absceso retrofaríngeo y, ocasionalmente, las enfermedades cardíacas[2].

Síntomas de la faringitis viral

La faringitis -conocida comúnmente como dolor de garganta- es una inflamación de la faringe que provoca dolor de garganta. Por tanto, la faringitis es un síntoma, más que una enfermedad. Suele estar causada por infecciones víricas y/o bacterianas, como el resfriado común y la gripe (ambas infecciones víricas) o por la infección por la bacteria Streptococcus (faringitis estreptocócica). La faringitis también puede producirse con la mononucleosis (también conocida como “mono”), una infección vírica.

La faringitis fúngica se produce en el contexto de la inmunosupresión o el uso crónico de esteroides y antibióticos. A veces, las alergias, como la fiebre del heno o la rinitis alérgica, pueden causar dolor de garganta. El aire seco de los interiores y la respiración bucal crónica, especialmente en invierno, pueden provocar dolores de garganta recurrentes, sobre todo por la mañana, después de despertarse. La tensión muscular asociada al uso de la voz puede provocar un dolor de garganta similar al de la faringitis. La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) puede provocar un dolor de garganta crónico debido a que el reflujo de ácido del estómago irrita la garganta.

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El tratamiento depende de la causa. La faringitis vírica desaparece por sí sola con gárgaras de agua salada, analgésicos y líquidos adicionales para ayudar a aliviar los síntomas. La faringitis bacteriana se trata con antibióticos; y la faringitis fúngica, con antifúngicos. En el caso de la faringitis estreptocócica es necesario un tratamiento antibiótico rápido, ya que si no se trata puede provocar problemas renales y fiebre reumática, que puede dañar las válvulas del corazón. Una evaluación completa en la clínica guiará el tratamiento de otras causas.